Los objetivos de los tratamientos médicos (quimioterapia, hormonoterapia, inmunoterapia, entre otros), en el paciente con enfermedad diseminada o de todas formas no operable, son luchar contra el cáncer con la esperanza de que retroceda, se estabilice o sea menos agresivo y, en algunos casos, incluso eliminarlo completamente.
Esta última eventualidad es bastante rara (1-15 %)y depende mucho del tipo de cáncer: técnicamente se habla de respuesta completa, que significa no tener ya ningún signo de enfermedad (ausencia de síntomas, TAC normal, marcadores normales) FIGURA 17, 19 y 20. Es el resultado mejor y más afortunado del tratamiento contra el cáncer.
Lamentablemente, algunas células tumorales resistentes sobreviven pese a la respuesta completa en la gran mayoría de los casos. Después de algún tiempo empiezan, pues, a crecer de nuevo haciéndose visibles de nuevo (recaída), FIGURA 20.
Pero la evolución puede tomar también otro cariz, mucho más favorable: un cierto número de pacientes que tienen una respuesta completa y no vuelve a recaer nunca más. En estos casos, contra todo «dogma de la oncología», se alcanzará la curación (FINALMENTE SE HABLA DE CURACIÓN) a pesar de que la enfermedad se hubiera diseminado al inicio del tratamiento.
La respuesta completa es un evento bastante raro (1 – 15 % de los casos). Pero, cuando sucede, se celebra con gran entusiasmo porque enciende las esperanzas. Marca la vuelta a la vida sin enfermedad.
En los casos de respuesta completa, inducida por la quimioterapia, se sigue en general el mismo tratamiento durante otros 2-3 meses para consolidar el resultado. Luego se interrumpe porque seguir aumentaría solo la toxicidad del tratamiento sin aumentar su eficacia. No obstante, si el tratamiento que ha inducido la respuesta completa era a base de hormonas, inmunoterapias o medicamentos de diana terapéutica o molecular, normalmente la terapia se sigue durante largos periodos (varios meses/años) porque, en general, la toxicidad de estos medicamentos es muy inferior con respecto a la quimioterapia.
La respuesta completa es siempre el auténtico objetivo con el que se inician los tratamientos antitumorales. En algunos cánceres, la posibilidad de respuesta, es decir, de control del crecimiento y de reducción del tamaño del tumor es del 70 % , 10 %-15 % de los que obtienen la respuesta completa. Otros tienen solo 30-40 % de posibilidad de respuesta al tratamiento y, en estos casos, las respuestas completas se producen en menos del 3-4 %. Sin embargo, la respuesta completa sigue siendo siempre el objetivo principal de todos los tratamientos en todos los pacientes, incluso cuando las posibilidades son muy bajas.
Si no existiera esta esperanza sería muy difícil aceptar los tratamientos para la fase avanzada de los tumores. Y son los casos de respuesta completa que dan la carga y la esperanza a todos los pacientes.