No obstante, es raro que la desaparición del tumor y de sus metástasis, es decir, la respuesta completa obtenida con tratamiento médico, lleve a la curación, FIGURA 20.
Esto es así porque, incluso en los casos de gran eficacia de los tratamientos, el tumor desarrolla resistencia como sucede para las bacterias con los antibióticos. Las células residuales, resistentes, ya no visibles, siguen dividiéndose a lo largo del tiempo, reconstituyendo pronto (pocos meses) masas tumorales nuevas. Este es el motivo por el que las terapias antitumorales son llamadas paliativas durante la fase avanzada de la enfermedad: porque ayudan al enfermo, mejoran la situación pero no la resuelven.
En los casos en los que, a pesar de obtenerse una respuesta completa, la enfermedad ha vuelto a crecer después de un tiempo, el beneficio del tratamiento en con todo muy fuerte.
La evolución de la enfermedad desde ese momento en adelante ya no es tan agresiva como podía serlo al inicio. De modo que, es posible que la enfermedad evolucione lentamente y quizás responda de nuevo a los tratamientos de segunda o tercera línea, instaurando un círculo virtuoso.
A veces, en los enfermos con una evolución favorable tras una respuesta completa, lo que era imposible en primera línea (la cirugía de las metástasis) puede hacerse factible en la segunda o tercera línea, precisamente porque las condiciones de agresividad básicas de la enfermedad han cambiado.