¿MEJOR TENER AL ENFERMO EN CASA O INGRESARLO?

No hay una respuesta justa a esta pregunta. Depende de la gravedad de la situación, de lo consciente que esté y de lo que sufra el paciente, de las posibilidades de intervenciones complejas que puedan ser verdaderamente eficaces, de la posibilidad o no de reconsiderar terapias antitumorales temporalmente que se juzgaban ya imposibles, etc.  Y dependerá, naturalmente, de la logística, de la filosofía personal del paciente y de sus seres queridos, de su familiaridad con los problemas para acudir a enfermos, incluidos los muy delicados de la fase terminal.

El autor de este sitio, un médico oncólogo, ha preferido tener a su propio padre enfermo de cáncer en casa incluso durante la fase terminal, muy consciente de que en el hospital el resultado no habría sido diferente. Pero es comprensible que personas ajenas al mundo sanitario prefieran el apoyo de un hospital (un centro asistencial). La decisión es totalmente subjetiva, depende del paciente y de sus familiares, pero a la base tiene que existir la plena conciencia de que el paciente es terminal y que si se produjeran otras complicaciones más que harían precipitar más la situación no se realizarían de todas formas otros tratamientos, maniobras instrumentales o cirugías, sino solo una intensificación de la sedación, cosa factible también en casa bastante fácilmente.

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