Se ha escrito mucho sobre los estilos y las conductas de vida que reducen las probabilidades de recaída del cáncer. En general, se piensa que tomar ciertos complementos alimenticios, vitaminas y varios productos llamados ecológicos sirve a prevenir las recaídas. Es comprensible que estas teorías ejerzan una cierta fascinación. Sin embargo, lamentablemente hasta ahora faltan las pruebas de eficacia para cada una de estas medidas. Es muy difícil que estas sustancias sean perjudiciales (no son las vitaminas lo que hacen crecer a los tumores) sino que es algo mejor o probado a través de estudios científicos serios y repetidos a los que prestar atención y atenerse.
Son tres las medidas adicionales acreditadas de eficacia en general para reducir las posibilidades de recaída una vez que el paciente ha hecho todo lo que tenía que hacer desde el punto de vista quirúrgico y médico.
- Actividad física. Quienes realizan actividad física regular tienen menos recaídas con respecto a quienes no la hacen, en igualdad de condiciones de riesgo. El mecanismo de este fenómeno es desconocido y es independiente de la pérdida de peso.
- Reducción del peso corporal, si el paciente tiene sobrepeso. El metabolismo de las grasas interfiere con la posibilidad de formación de los tumores.
- Dieta equilibrada con un consumo regular de nueces, avellanas y almendras, si no están contraindicadas por otros motivos. Estas frutas secas contienen aceites de propiedades diferenciantes sobre las células. No es seguro si este es el mecanismo de acción, pero un dato que aparece en muchos estudios es que quienes toman unos 30 gramos de nueces, avellanas o almendras en el contexto de una dieta equilibrada tienen una incidencia reducida de tumores, FIGURA 15.N Engl J Med Vol. 369; 2013 2001 2011.
