EL TRATAMIENTO ESTÁ FUNCIONANDO

La primera valoración de eficacia con la TAC u otras pruebas se lleva a cabo después de unos dos o tres meses del inicio del tratamiento.


En el caso de que se produzca una estabilización o una reducción del volumen de las lesiones, la señal para el paciente es muy buena ya que el tumor estaba creciendo antes de la terapia y ahora se ha detenido o ha invertido la marcha. En estas condiciones, vale el principio que «el equipo que gana no se cambia» y se sigue con el mismo tratamiento, FIGURAS 17,18 y19. Las implicaciones de los distintos grados de reducción del tamaño de las metástasis son intuitivas: cuanto más se reduce, mayores son las probabilidades de que antes de volver a crecer pase mucho tiempo y que cuando vuelva a crecer, esto suceda de manera menos agresiva y rápida por efecto del tratamiento anterior.

Fig 17. Las posibles evoluciones del cáncer desde el momento de la aparición de las metástasis. Lamentablemente, incluso si el tratamiento funciona inicialmente, llega un momento en el que el tumor vuelve a crecer Fig. 17. En el caso ilustrado, la extirpación inicial del tumor primitivo (el círculo blanco) no tuvo éxito debido a la presencia de metástasis que no eran visibles en el momento de la operación. Estas se volvieron visibles al crecer (el círculo blanco de la recidiva). La terapia médica iniciada, llamada de primera línea (quimioterapia, hormonoterapia, inmunoterapia o terapias biológicas) puede ser más o menos eficaz. Si funciona bien, el cáncer responde reduciéndose. Si no, se detiene y se estabiliza o sigue creciendo a pesar del tratamiento. La eficacia distinta de los tratamientos determina la evolución más o menos buena de la enfermedad.
Fig 18. La evaluación de la eficacia de los tratamientos Las terapias antitumorales tienen siempre alguna eficacia contra el cáncer que está creciendo (la línea blanca inicial que va hacia arriba). Pero es lógico pensar que solo la ralentización del crecimiento no puede considerarse un resultado bueno. Cuando se empieza un tratamiento contra el cáncer se espera obtener el resultado mejor pero, a veces, también solo estabilizar la enfermedad puede percibirse como un buen resultado, sobre todo si la enfermedad era muy agresiva (evolución rápida) antes de empezar el tratamiento.
Fig 19. La continuación de los tratamientos después de la primera evaluación

Si, por el contrario, resulta que el tratamiento no tiene efecto a partir de esta primera valoración y el cáncer, en vez de detenerse o reducirse sigue creciendo, es preciso cambiar el tratamiento, FIGURA 19.

Por tanto, dos o tres meses después del inicio del tratamiento médico, los médicos pueden ser un poco más precisos en prever qué sucederá en un futuro próximo. Efectivamente, si hay una respuesta, es muy difícil que en el arco de pocos meses la enfermedad empeore. Y esto no se podía saber antes de empezar el tratamiento. La respuesta al tratamiento es uno de los determinantes mayores de la prognosis general, es decir, de cómo irán las cosas. Si, por lo contrario, hay una progresión, la situación es sin duda muy preocupante, FIGURA 17.

En los últimos cuatro años, los progresos llevados a cabo en la investigación se han traducido en porcentajes de respuesta (esto es, reducción del cáncer después del tratamiento) mucho más altos que en el pasado. En ciertos tumores donde hasta hace pocos años las probabilidades de obtener una respuesta llegaban al máximo al 20 % con una vida media que solía durar en la fase avanzada de 12-24 meses, ahora las probabilidades de respuesta rondan el 50 % con una esperanza de vida media de 3 -5 años o más.

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