En los cánceres de útero, ano y garganta, el uso de la quimioterapia combinada con la radioterapia constituye el estándar terapéutico (es decir, «lo mejor») en muchas condiciones de enfermedad no metastática, por lo tanto localizada y, por ello, curable.
Esto significa que evitar la cirugía en beneficio de los tratamientos médicos no es solo un recurso que considerar cuando el riesgo de la cirugía es alto (pacientes mayores o debilitados), sino que representa la selección terapéutica mejor porque es la más eficaz y con las menores consecuencias.
Sin comprometer las posibilidades de curación, estos tratamientos integrados permiten preservar órganos evitando mutilaciones que tendrían un impacto fuerte en la calidad de vida de los pacientes. Por ejemplo, en el caso de la radioterapia o la quimiorradioterapia del cáncer de garganta, se evita la operación que mutila al paciente, preservando la laringe. Esto significa mantener la posibilidad de hablar.