A VECES EL TRATAMIENTO ADYUVANTE SE INTERRUMPE

Está claro que la posible interrupción del tratamiento adyuvante provoca mucha aprensión. La decisión de realizarlo fue difícil, el ansia de comenzar, las mil preguntas sobre cómo se realiza, cuándo se empieza, cuánto dura y cuántos trastornos provoca, entre otros, había creado una tensión considerable. Todo esto se soportaba por ese 3 %, 7 %, 10 % o 25 % de posibilidades de curación o más…ahora los médicos dicen, detente, para, hay que volver atrás, no se puede hacer más. Una gran frustración.

El médico toma esta decisión. El motivo es siempre uno solo: la revalorización del balance beneficio-toxicidad a la luz de cómo tolera cada paciente el tratamiento (EL TRATAMIENTO ADYUVANTE).

Es posible que el tratamiento haya provocado una reacción alérgica grave. O bien, que haya habido una infección grave tras un descenso excesivo y prolongado de los glóbulos blancos por parte del tratamiento. O bien, es posible que el paciente haya tenido un evento grave, por ejemplo un infarto cardiaco o una embolia cerebral durante el tratamiento. Es muy probable que este evento grave no tenga relación con el tratamiento adyuvante, pero establece una condición general nueva del paciente que lo expone a riesgos desproporcionados con respecto a los beneficios esperados.

Existen directrices internacionales muy precisas sobre las condiciones que deben imponer la interrupción del tratamiento adyuvante. Y tienen que cumplirse, a pesar de que el paciente quiera a menudo seguir estoicamente el tratamiento.

Otras veces, los papeles se invierten y el paciente es quien quiere detener el tratamiento. El médico no observa ningún efecto adverso peligroso, los análisis van siempre bien, pero después del primer mes o dos, el paciente quiere absolutamente detener el tratamiento. Esto sucede porque los distintos malestares que pueden provocar el tratamiento pueden no ser tan evidentes como el vómito, la diarrea o la mucositis oral, pero el o la paciente pueden percibirlos igualmente como intolerables.

Il male addosso de Sandra Verda, es un libro de la escritora italiana sobre su experiencia con el cáncer y con los tratamientos. Es una obra maestra por lo que se refiere a la descripción de todos esos malestares que no se encuentran en los textos de oncología y que la paciente había experimentado durante su quimioterapia y radioterapia.

Haber interrumpido el tratamiento sin completarlo no quiere decir en ningún modo que no produzca ningún beneficio. Está claro, si una reacción alérgica al primer ciclo ha hecho interrumpir todo el programa de tratamiento adyuvante, se puede esperar muy poco de la poca terapia realizada, pero si el tratamiento se ha interrumpido después de dos o tres ciclos, no se puede excluir que haya sido igual de eficaz (quizás un poco menos), incluso si se le ha administrado la mitad o un tercio de lo que se había planificado.

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