Es una de las preguntas más frecuentes durante esta fase inicial de la enfermedad.
Nos damos cuenta de que la biopsia es una de las pruebas fundamentales y precisamente por esto se soporta mal la espera. Sin embargo, una vez realizada la toma de biopsia, se necesita tiempo para obtener los resultados.
El patólogo tiene que trabajar sobre la muestra, ponerla en las platinas y analizarla a microscopio. Cada paso cuesta tiempo, dinero y en las muestras de biopsia se realizan solo algunas de las muchas pruebas disponibles. Se llevan a cabo primero las más lógicas en función de las indicaciones de quien ha realizado la biopsia (por tanto, sobre la base de la sospecha clínica) y solo si estas no son suficientes para aclarar las dudas, se hacen otras pruebas y se añaden otros colores a las muestras. Este tiempo necesario para el análisis de la biopsia es a menudo fuente de frustración para quien espera el resultado.
En algunos casos, además de establecer el diagnóstico, la biopsia es necesaria para dirigir la elección de la terapia.
Efectivamente, en los últimos años, los progresos enormes de la biología han permitido clasificar algunos tumores no solo sobre la base de su aspecto a microscopio, sino también en función de alteraciones moleculares específicas, es decir, cambios mínimos del ADN dentro de las células. Este conocimiento nuevo ha fomentado a su vez el desarrollo de terapias nuevas y específicas para tumores que presentan esas alteraciones moleculares específicas.
Para analizar la presencia o no de estas alteraciones moleculares en la muestra de biopsia son necesarias pruebas mucho más caras y complejas de las estándares de las que se acaba de hablar.
Todo esto significa que, a menudo, cuando la biopsia ha dado por fin una respuesta sobre el tipo de cáncer, es necesario iniciar una serie nueva de pruebas para ver si hay alteraciones moleculares o no. El tiempo se alarga y el ansia crece. Pero esperar los resultados de estas pruebas es muy importante para el paciente, cuando son oportunas