HAY METÁSTASIS O RECIDIVAS LOCALES NO OPERABLES

Esta sección atañe al curso y a las condiciones de los pacientes que no pueden ser operados ni para la recidiva local ni para las metástasis a distancia y que inician una quimioterapia u otros tratamientos médicos para intentar contener el avance de la enfermedad.

Normalmente, estas condiciones son sinónimo de incurabilidad.

Esto depende de que es muy difícil que haya solo 1, 2 o 3 metástasis en el organismo de un paciente con enfermedad avanzada. Una vez que ha producido la diseminación, incluso si por el momento se ven solo pocas metástasis, en realidad muchas otras están presentes sin que estas sean aún visibles con la TAC, las gammagrafías, las PET o las resonancias. FIGURA 14.

Fig 14. En las recaídas, las metástasis pueden presentarse en tiempos distintos y crecer a velocidades distintas A veces, la recaída se produce después de pocos meses de la operación o al final de la terapia adyuvante. Otras veces la recaída se produce también después de muchos años. Esto es debido, claramente, a la distinta velocidad de crecimiento de las metástasis, pero no se sabe por qué es tan rápida en un caso y en otro lenta.

También si las metástasis visibles se eliminaran con la cirugía, otras, no visibles en el momento de la cirugía, crecerían en poco tiempo y se volvería a la situación inicial con un paciente debilitado por una cirugía que normalmente no es simple.

Por tanto, a pesar de que los pacientes recurran comprensiblemente a la idea de poder operar para eliminar las metástasis, la cirugía no tiene en general ningún sentido en la gran mayoría de los casos (¿POR QUÉ LAS METÁSTASIS NO SE OPERAN CASI NUNCA?).

Frente a un tumor diseminado, generalmente se empieza un tratamiento médico, es decir, con medicamentos que alcanzan a todo el organismo.

Los oncólogos hablan de «líneas de tratamiento»: la terapia que se usa al principio se llama de primera línea; la segunda línea es la que se utiliza si fracasa la primera línea y así en adelante.

Ya sean quimioterapias, inmunoterapias u hormonoterapias, el principio es siempre el mismo: se administran medicamentos por vía endovenosa, en infusión corta o prolongada, o por vía oral, que se distribuyen por todo el organismo golpeando también las zonas enfermas.

El propósito es matar a las células malignas haciendo retroceder las lesiones tumorales, deteniéndolas o, al menos, ralentizando su crecimiento. Todo esto se produce si la terapia funciona. En caso contrario, la enfermedad avanza a pesar de los tratamientos.

Lamentablemente, también en los casos en los que el tratamiento funciona inicialmente (respuesta con la reducción del tamaño del tumor o la estabilización temporal), llega un momento en el que el cáncer empieza a crecer de nuevo a pesar de continuar los tratamientos. El cáncer, que al principio era sensible a los tratamientos, se ha vuelto resistente y hay que cambiarlo, FIGURA 17.

Fig 17. Las posibles evoluciones del cáncer desde el momento de la aparición de las metástasis. Lamentablemente, incluso si el tratamiento funciona inicialmente, llega un momento en el que el tumor vuelve a crecer En el caso ilustrado, la extirpación inicial del tumor primitivo (el círculo blanco) no tuvo éxito debido a la presencia de metástasis que no eran visibles en el momento de la operación. Estas se volvieron visibles al crecer (el círculo blanco de la recidiva). La terapia médica iniciada, llamada de primera línea (quimioterapia, hormonoterapia, inmunoterapia o terapias biológicas) puede ser más o menos eficaz. Si funciona bien, el cáncer responde reduciéndose. Si no, se detiene y se estabiliza o sigue creciendo a pesar del tratamiento. La eficacia distinta de los tratamientos determina la evolución más o menos buena de la enfermedad.

En esta sección distinguimos por lo tanto:

  • aquellos pacientes que empiezan las terapias médicas de primera línea (es decir, prescrita por primera vez) con mucha ansia de luchar contra el cáncer que está creciendo, descubierto desde hace poco tiempo; se está al principio de la «historia» y no saben aún si la situación tomará un cariz más o menos favorable gracias a los tratamientos;
  • aquellos pacientes que obtienen solo un beneficio parcial y temporal de las terapias de primera línea y ven ahora como vuelve a crecer el cáncer a pesar del tratamiento;
  • los que empiezan las segundas, terceras y cuartas líneas de tratamiento con siempre menores esperanzas;
  • y, por fin, aquellos pacientes que no puedan seguir ya ningún tratamiento antitumoral pues sería solo dañoso y se apoyan en tratamientos de apoyo.

Atención, porque en todas estas condiciones (salvo la última), las sorpresas pueden llegar siempre. También cuando parece que la enfermedad ha tomado un curso acelerado adverso, el tratamiento de la fase avanzada puede funcionar tan bien que vuelve a proporcionar esperanzas por lo que el paciente puede regresar al grupo de enfermos de curso más favorable y gozar de periodos muy largos de vida lejos del tratamiento y de los hospitales.

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