ESTADIO INICIAL: LA CIRUGÍA

Este es el momento decisivo para la eliminación física del tumor.

La cirugía también es muy importante para confirmar la estadificación preoperatoria realizada sobre la base de la imagenología. Por tanto, para confirmar si la situación es preocupante o no. Efectivamente, a pesar de todos los esfuerzos para excluir con las pruebas preoperatorias la presencia o no de metástasis a distancia o definir la extensión local de la enfermedad, la extensión real del cáncer se comprueba solo durante la cirugía. De tal manera que, a veces, situaciones que parecían totalmente tranquilas durante la estadificación terminan con la frase desoladora del cirujano «no he podido hacer nada porque el cáncer ha invadido mucho más de lo que se ve en la TAC”. No obstante, también puede suceder lo opuesto: a pesar de que las pruebas preoperatorias indicaran una gran dificultad para eliminar la enfermedad, la cirugía ha ido muy bien y el cáncer se ha extirpado completamente con márgenes libres muy amplios, lo que da la seguridad de la radicalidad (es decir, la extirpación completa).

Este tema subraya la importancia de la estadificación postoperatoria, que se comprueba sobre el terreno, es decir, en la sala operatoria, y se certifica luego en las unidades de anatomía patológica donde se estudian las piezas operatorias con el microscopio. Por tanto, al final de este proceso (cirugía  análisis de las piezas extirpadas) se pueden producir tres condiciones de importancia enorme para la prognosis, FIGURA 6.

Fig 6. Los tres posibles de resultados de la cirujía del tumor El cáncer aparece representado por la imagen negra con las prolongaciones irregulares. El cuadrado representa el corte del cirujano en el momento de la operación. R-0 = ningún residuo tumoral tras la operación R1 = residuo tumoral microscópico tras la operación; R-2 = residuo tumoral basto, tras la operación.
  1. R-0 (leer erre-cero). R significa residuo, cero significa que no se ha dejado ningún residuo tumoral después de la cirugía. Salvo casos raros, esto significa buenas probabilidades de curación.

  2. R-1. Donde 1 significa residuo microscópico. Es decir, el cirujano reporta que ha «extirpado todo», pero cuando el patólogo analiza las muestras, encuentra que en algunos puntos el tumor llega hasta los márgenes de la muestra examinada. La gravedad de esto es evidente: puesto que el tumor tiene la característica de crecer continuamente, las pocas células dejadas en el lugar después de la cirugía crecerán de nuevo. Si no ha sido fácil extirpar todo el tumor por la cercanía de estructuras vitales durante la primera cirugía, será aún más difícil durante una segunda cirugía, ya que el tumor se habrá vuelto a formar in situ.
    Como consolación parcial, es importante subrayar que una cirugía R-1 no es sinónimo automáticamente de fracaso, recaída o incurabilidad. Claramente, esta circunstancia es más probable, pero queda la esperanza de curación incluso en caso de cirugía R-1.
    Efectivamente, durante la resección del tumor, los cirujanos usan el cauterio (un instrumento que corta y quema al mismo tiempo) para coagular las venas y las arterias y evitar hemorragias. Este proceso lleva a la muerte de una capa bastante espesa de células. En el caso de R-1, la cantidad de células que pueden quedar potencialmente es muy limitada (en caso contrario, el cirujano las habría visto y la estadiación habría sido R-2) y es posible que estas pocas células hayan sido eliminadas completamente por el cauterio. Si así fuera, el paciente puede curarse incluso si la operación ha sido R-1.

  3. R-2. Si el cáncer invade estructuras cercanas vitales y el cirujano ha intentado de todas formas la resección de la masa tumoral y no lo consigue, se habla de R-2. Lamentablemente y a pesar de la cirugía, el residuo de enfermedad es cierto en estos casos. La gravedad de esta condición es evidente.


Por tanto, la estadiación R es muy importante para definir la curabilidad de los tumores
después de haber realizado el acto más importante para la curación (la cirugía).

Lamentablemente, muchos cirujanos omiten aún esta clasificación en los partes médicos que describen las operaciones. En muchos casos, esto es comprensible ya que la información sobre la completud de la extirpación del tumor se describe en el análisis histológico del patólogo que ha analizado a microscopio las piezas de la operación. Por otro lado, vale la pena obtener aclaraciones en el caso de que el análisis histológico proporcione mensajes ciertos en cuanto a la radicalidad de la operación (si se ha eliminado «todo el tumor» o no).

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