EL PAPEL DEL MÉDICO DE CABECERA

El papel del médico de cabecera es muy importante.  Da continuidad entre el hospital y la casa. Apoya al paciente y a los familiares durante todo el camino y es él quien lo debería iniciar y cerrar.

Efectivamente, el papel del médico de cabera es fundamental al inicio, cuando empieza a surgir la sospecha de cáncer. Es él quien prescribe las primeras pruebas diagnósticas. También es tarea suya implementar las medidas de cribado para el diagnóstico precoz. Es crucial orientar al paciente sobre este o aquel centro, a veces saltando demasiadas visitas especialistas.

Luego, normalmente, el médico de cabecera se aparta un poco y deja el control de las operaciones a los especialistas. En esta fase, las decisiones sobre si operar, realizar antes un tratamiento, realizar o no un tratamiento adyuvante, seguir un tratamiento de primera, segunda o tercera línea para la condición metastásica, son todas ellas decisiones que toma el centro especialista. El médico de cabecera sirve de apoyo al centro para todos los problemas de medicina interna y logísticos que intervienen en casa durante los periodos de los tratamientos. Puede recomendar si dirigirse al centro o a urgencias debido a toxicidades excesivas, o bien juzgar que estas se pueden gestionar aún desde casa.

En la fase más avanzada de la enfermedad, puede estar cercano al paciente y a la familia y gestionar las terapias de apoyo. Mientras que en los casos que se terminan bien, puede gestionar muy bien el periodo de seguimiento, apoyándose en el centro todas las veces que tenga incertidumbre sobre un problema.

Estos son los papeles que idealmente debería desempeñar el médico de cabecera dedicado que goza de la confianza de su asistido. En caso de faltar esta confianza, es mejor cambiar de médico de cabecera.

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